Uno de los aspectos más importantes para crear personajes bien desarrollados en tu novela es conocerlos perfectamente: su personalidad, su motivación, su función en la historia. Para ello, pueden resultarte útiles los arquetipos.
Los arquetipos (que no debemos confundir con los estereotipos) son esquemas básicos comunes en un contexto cultural y, por tanto, permiten al lector una identificación y comprensión rápida de los personajes que los encarnan.
En el artículo de hoy exploraremos los 12 arquetipos según el psicólogo Carl Jung y cómo podemos usarlos para crear personajes en nuestra novela.
El inconsciente colectivo y los arquetipos de Jung
Carl Jung, psicólogo y psiquiatra discípulo de Freud, explicó la psique humana dividiéndola en dos: la mente consciente y la mente inconsciente. Dentro de esta última encontramos el inconsciente individual y el inconsciente colectivo.
El inconsciente colectivo es todo aquel conocimiento compartido que escapa a nuestra razón y del que no somos conscientes. Se expresa a través de los sueños y las fantasías, que impulsan el inconsciente hacia la consciencia en forma de simbolismos. Jung (y sus discípulos) interpretaban los sueños a partir de conceptos universales compartidos por los humanos, imágenes colectivas que llamó arquetipos o imágenes colectivas.
Como Joseph Campbell, Jung decidió analizar las historias y los mitos de distintas culturas, y descubrió que muchos patrones y figuras se repetían.
Tras una primera clasificación en 4 arquetipos primarios aplicados a su teoría del proceso de individualización, es decir, en el desarrollo de un individuo concreto para alcanzar su potencial, expandió esa idea en 12 arquetipos de personalidad que se han aplicado en narratología como herramienta de análisis y que pueden ser muy útiles para crear personajes diversos. Veamos en qué consiste cada uno.
Cómo crear personajes: los 12 arquetipos de Jung
Los 12 arquetipos de personalidad de Jung se basan en su análisis mitológico y son unos patrones de comportamiento comunes en los humanos que se encuentran en el inconsciente colectivo.
Los arquetipos de Jung son especialmente útiles para crear personajes porque ejemplifican el abanico de motivaciones principales de los seres humanos. Puesto que conocer las motivaciones de nuestros personajes es esencial para poder construirlos y desarrollarlos bien en nuestra historia, este esquema puede ser una buena guía para crear personajes.
Los 12 arquetipos de Jung se pueden clasificar en cuatro grupos según el tipo de motivación.
Dejar huella en el mundo
EL MAGO
El mago es por definición un visionario, un personaje que conoce perfectamente el funcionamiento del mundo y que busca y propone soluciones para los problemas más difíciles. Esto hace que puedan dejarse llevar por su obsesión y/o sus ambiciones hasta llegar a manipular para conseguir lo que se proponen (muchas veces, en nombre del bien común). Pueden trazar planes que solo ellos conocen y guiar a otros personajes en su puesta en práctica.
EL HÉROE
Probablemente, el más común y conocido, el arquetipo del héroe sigue un patrón común estable en las historias en las que aparece, que Campbell nombró como el viaje del héroe.
Este personaje quiere demostrar su valor con sus actos, enfrentándose al peligro sin dudarlo e incluso sacrificándose, de ser necesario. Destacan por su fuerza de voluntad, pero no les gusta mostrarse débiles y pueden caer en la arrogancia en ocasiones.
EL REBELDE
El rebelde reconoce los problemas del mundo y cree que la única forma de solucionarlos es romper por completo las reglas. Aunque sus intenciones son buenas, el deseo de venganza puede dominarlo, y tienen más riesgo de caer en el lado oscuro que los otros arquetipos. Suele tratarse de personas que no tienen un lugar en la sociedad y se encuentran al margen de esta.
Conectar con los demás
EL HOMBRE CORRIENTE
También conocido como el ciudadano, teme la soledad y el rechazo, y su principal deseo es pertenecer al grupo, pero sin ansias de destacar; simplemente, quiere ser uno más. Su motivación en ocasiones le lleva a perder su identidad al intentar encajar por todos los medios con los demás.
El hombre corriente destaca por su empatía, su realismo y su sentido común.
EL BUFÓN
De naturaleza hedonista, el bufón desea disfrutar de la vida y conseguir un mundo más feliz. Vive su vida como si se tratase de un juego, al máximo, sin perderse nada, pues es consciente de que solamente tiene una.
EL AMANTE
El amante se guía por el deseo de conexión emocional, llegando a perder su identidad para complacer al otro y evitar que su mayor temor, el rechazo, se haga realidad. Destaca por su lealtad, su pasión y su compromiso, y suele mostrarse como el compañero perfecto (tanto a nivel romántico como amistoso, laboral, etc.).
Conseguir estabilidad y orden
EL CUIDADOR
El cuidador quiere proteger y cuidar de los demás, y está dispuesto a sacrificarse por sus protegidos. Su rol protector deriva de su altruismo, su generosidad y su compasión.
EL GOBERNANTE
El gobernante busca y acepta el control por su deseo de dirigir una comunidad ordenada y funcional. Su mayor temor es que le arrebaten ese control y, por lo tanto, pueden llegar a volverse autoritarios para evitarlo y aferrarse al liderazgo.
EL CREADOR
También conocido como el artista, es, al igual que el mago, un visionario, pero en este caso destaca por su capacidad de crear o concebir algo novedoso, distinto. Llevado por su alta capacidad de imaginación, busca constantemente la expresión creativa. Su mayor temor es caer en la mediocridad.
Encontrar el paraíso
EL INOCENTE
El inocente desea por encima de todo hacer las cosas de forma correcta, ética. Le mueve su deseo de un mundo feliz y justo para todos, y por ello tiende a un optimismo que puede llevarle a ser demasiado ingenuo y no reparar en la maldad.
EL SABIO
Este arquetipo busca esencialmente el conocimiento: quiere conocer la verdad y teme por encima de todo la ignorancia. Por ello, se esfuerza en estudiar y comprender el mundo, y destacan más por ser observadores y pensadores que por actuar.
EL EXPLORADOR
El explorador es por definición un alma libre, alguien que desea la libertad y se siente motivado por vivir nuevas experiencias. Suele embarcarse en viajes físicos o metafóricos, con un componente importante de autodescubrimiento. Sin embargo, su excesiva autonomía puede convertirlo en una persona individualista y apartarlo de los demás.
¿Por qué crear personajes con los arquetipos de Jung?
A diferencia de los estereotipos, que son figuras estáticas, los arquetipos son dinámicos y se manifiestan de varias formas. Por ello, son muy útiles no solamente para crear personajes, sino para hacerlos profundos, realistas, complejos… en definitiva, humanos.
Para crear personajes basándonos en arquetipos es importante tener en cuenta que, gracias a su flexibilidad y complejidad, es posible (y recomendable) no utilizar solamente uno, sino combinar características de varios arquetipos en un mismo personaje para conseguir un desarrollo más profundo y verosímil, aunque es habitual que destaque uno de ellos.
Además de combinar varias facetas en un mismo personaje, este evolucionará a lo largo de la historia, por lo que es posible que los arquetipos que presenta cambien de forma paralela según sus experiencias y vivencias.
En definitiva, los arquetipos de Jung son una buena herramienta para crear personajes porque se basan en patrones reconocibles que el lector puede identificar y comprender con facilidad, pero es importante que los usemos correctamente, haciendo que evolucionen y se fusionen de forma que nos permitan crear personajes creíbles.