Una definición de novela, según la RAE, es «obra literaria narrativa de cierta extensión». Como definición más extensa y desarrollada, podemos decir que una novela es una obra narrativa de ficción de cierta longitud, escrita en prosa y en la que se narran una serie de hechos y acciones llevados a cabo por unos personajes en un contexto (tiempo y espacio) concreto.
La novela tiene, pues, una serie de características que la distinguen de otros géneros literarios; a su vez, se divide según su temática en una miríada de subgéneros. En este artículo hablaremos sobre estos dos aspectos del género de la novela.
Breve historia de la novela moderna
Aunque los orígenes de la novela se encuentran en textos grecolatinos escritos entre los siglos II a. C y III d. C, la novela tal y como la conocemos no aparece hasta la publicación a principios del siglo XVII de Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, considerada la primera novela moderna europea.
En esos siglos, durante la Edad Media y Renacimiento, es cuando la novela comienza a desarrollarse y a evolucionar, transformándose poco a poco en un género que alcanza su punto álgido durante el Romanticismo y el Realismo con las obras de novelistas famosos como Alejandro Dumas, Victor Hugo, las hermanas Brontë o Jane Austen; y Honoré de Balzac, Gustave Flaubert, Lev Tolstoi o Benito Pérez Galdós.
Es en este período cuando la novela se convierte en el género literario preferido del público, desbancando a la poesía, gracias a la aparición de las novelas romántica, gótica y de folletín, que acercaron la literatura a las nuevas clases sociales, más humildes, que comenzaban entonces a alfabetizarse.
Desde ese momento hasta la fecha han sido muchos los autores que han cultivado el género de la novela, que hoy en día es el más escrito y vendido a nivel mundial, y, por lo tanto, ha desarrollado sus propios subgéneros bien diferenciados y unas características sólidas.
Las características de la novela
La novela moderna, como género ya consolidado, tiene una serie de características que la diferencia claramente de los otros dos grandes géneros literarios, la poesía y el teatro, e incluso de otros géneros narrativos, como el cantar de gesta y el cuento.
Para que un texto literario se clasifique dentro del género de la novela, debe cumplir las siguientes características:
- Estar escrito en prosa. A diferencia de la poesía lírica y los poemas épicos narrativos, la novela se escribe en prosa, no en verso. Es decir, el lenguaje no está sujeto a las normas poéticas de cadencia y medida, sino que se acerca a la forma de expresión oral y escrita habitual, lo que no quiere decir que no haya variación en el estilo y el registro, que puede ser más coloquial o culto.
- Ser extenso. Se considera que, para que una narración pueda considerarse una novela, debe tener una extensión de aproximadamente, entre 50000 y 200000 palabras. Por supuesto, puede haber novelas más extensas. En el caso de que el texto no tenga suficiente extensión para ser una novela, pero sea demasiado largo para considerarse un cuento o relato, estaríamos hablando de una novela corta o nouvelle.
- Ser ficción. Una novela puede narrar una historia completamente ficticia, pero también basarse en hechos y personajes reales. En ese caso, debe haber cierto grado de ficcionalización, pues si no hablaríamos de un ensayo histórico, por ejemplo. La ficcionalización de hechos reales ha dado lugar a la novela histórica, que tan de moda está en la actualidad.
- Ser una narración. Aunque en la novela también haya descripción y diálogos, elementos que en teoría literaria clásica se consideraban propios de la poesía y el teatro, respectivamente, predomina la narración por encima de todo. Es decir, es una novela se narran hechos y acciones, que se complementan con esos dos elementos para situar y desarrollar el espacio y los personajes.
Los elementos de la novela
Muy relacionados con las características de la novela, podemos encontrar tres elementos principales que debe tener todo texto narrativo de este género. Conocer estos elementos, además, es imprescindible para un escritor, pues serán la base con la que construirá su novela. Son los siguientes:
- La acción. La acción es la narración de los hechos de la historia. Como vimos en el artículo sobre la trama, esta debe estar estructurada. Existen muchas estructuras posibles, pero todas contienen tres momentos indispensables:
- Planteamiento. Se sitúan los personajes y el espacio, y comienza a desarrollarse la acción principal.
- Nudo. Se desarrolla las acciones y se relacionan entre ellas y con el conflicto hasta alcanzar el punto de máxima intensidad narrativa.
- Desenlace. Se resuelven el conflicto y las acciones, desembocando en un final que puede ser positivo o negativo.
- Los personajes. Los personajes son los actores, los que desarrollan la acción. Pueden participar en mayor o menor medida en ella y en el conflicto.
- El ambiente. El ambiente es el lugar físico (espacio), social (forma de vida) y emocional (estado de ánimo y emociones) en el que se mueven los personajes y transcurre la acción.
Los subgéneros de la novela
A lo largo de la historia de la novela han aparecido y desaparecido muchos géneros, algunos de los cuales han evolucionado hasta hoy en día hasta configurar la clasificación de subgéneros actual, basada principalmente en el tema que trata la novela. Los principales subgéneros de la novela en la actualidad son:
- Novela de misterio o thriller. Este género consiste en la resolución de un misterio (robo, asesinato…). Suele estar protagonizado por un detective o policía que sigue varias pistas falsas hasta desvelar finalmente la solución al enigma, sorprendiendo al resto de personajes con su ingenio.
- Novela romántica. La novela romántica narra una historia de amor entre dos personajes en la que, normalmente, la pareja debe superar una serie de dificultades o malentendidos para poder estar juntos.
- Novela de ciencia ficción. Este tipo de novela sitúa a sus personajes en un futuro inventado generalmente distópico con el objetivo de hacer una crítica social. Ese universo ficticio sigue preceptos y normas tecnológicos y científicos, aunque va más allá.
- Novela de fantasía. La fantasía es un género muy parecido a la ciencia ficción (de hecho, suelen considerarse muy cercanos). La principal diferencia es que, en vez de tecnología, utiliza elementos mágicos, folklóricos y mitológicos para construir el mundo ficticio. Es habitual también haya cierta inspiración del medievo.
- Novela histórica. Este género, como su propio nombre indica, consiste en la ficcionalización de hechos y personajes históricos. Generalmente, estas novelas mezclan hechos reales con un desarrollo ficcional de personajes históricos como forma de humanizarlos e introducirse en su psique.
- Novela de aventuras. Este género destaca en la actualidad en la literatura infantil y juvenil, principalmente. En estas novelas, el protagonista se embarca en una aventura para cumplir una misión o conseguir un premio, superando una serie de retos.
- Novela psicológica. Este subgénero se articula alrededor del conflicto interno del protagonista, que puede ser de distinto tipo (identitario, mental, emocional, filosófico, etc.) y da gran importancia al desarrollo y la introspección de los personajes
- Novela social. La novela social contiene elementos de crítica, reflexión o reflejo de situaciones sociales que afectan a los personajes de forma directa.
Hemos visto, de forma muy resumida, que cada subgénero de la novela tiene unas características y unos patrones concretos en cuanto a temática, trama, personajes y/o espacio. Estos patrones se han ido repitiendo de forma constante en las obras en cada subgénero hasta dar forma a lo que se conoce como convenciones de género, una serie de rasgos y elementos esenciales asociados a un género concreto que configuran el horizonte de expectativas de los lectores habituales de cada tipo de novelas.
Además, es común que en una novela se mezclen rasgos de dos o más subgéneros. Sin embargo, lo más habitual es que uno de ellos predomine sobre el resto. Un ejemplo serían las novelas de fantasía, como El señor de los anillos, en la que los personajes deben cumplir misiones y para ellos se embarcan en viajes y retos, un rasgo propio de la novela de aventuras.
La importancia del subgénero en la planificación de una novela
Las convenciones de género no son solamente relevantes para los lectores a la hora de escoger un libro en la librería o la biblioteca; son igual de esenciales (o incluso más) para el escritor.
A la hora de planificar tu novela, es imprescindible que tengas claro a qué subgénero pertenece. Eso te dará pistas para planificar aspectos tan importantes de tu novela como la estructura de la trama, la construcción del espacio o las técnicas narrativas, entre otros, y te ayudará también a saber a qué editoriales puede encajar mejor tu obra en caso de optar por una publicación tradicional.
Por otro lado, el subgénero de una obra un aspecto que cualquier profesional de la edición debe tener en cuenta al trabajar con una novela. Por ejemplo, los informes de lectura y editing de una novela deben reflejar su género y tenerlo en cuenta en el análisis de los aspectos narrativos y la valoración comercial.