La creación de sistemas de magia es uno de los aspectos más fascinantes y desafiantes al escribir fantasía. ¿Debe la magia tener reglas estrictas o puede ser un misterio etéreo? ¿Cuánto debería entender el lector sobre cómo funciona? Estas son preguntas que muchos autores del género se hacen y que Brandon Sanderson, reconocido autor de fantasía contemporánea (Nacidos de la bruma, El archivo de las tormentas), ha abordado a través de sus famosas leyes, que utiliza de guía para sus propias novelas. No se trata de dogmas absolutos, sino de principios o ideas para ayudar a construir sistemas mágicos coherentes, funcionales y narrativamente efectivos.
En este artículo te cuento quién es este autor, cuál es su visión sobre la magia en la ficción y en qué consisten las conocidas como leyes de Sanderson, que él utiliza para crear sistemas mágicos sólidos, y algunos consejos para aplicarlas en tu propia novela de fantasía.
¿Quién es Brandon Sanderson y por qué escuchar sus consejos?
Brandon Sanderson es un autor estadounidense de fantasía y ciencia ficción conocido por sus intrincados sistemas de magia y tramas bien estructuradas. Sus obras, como Nacidos de la bruma y El Archivo de las Tormentas, entre muchas otras, se encuadran en un universo enorme, el Cosmere, con sistemas de magia bien definidos y coherentes que lo han convertido en una referencia en el género. Más allá de la ficción, Sanderson es profesor de escritura creativa en la Universidad Brigham Young, donde comparte sus conocimientos prácticos como escritor de éxito.
Su filosofía parte de la idea de que la magia, como cualquier otro elemento narrativo, debe servir a la historia y no al revés. Para evitar que la magia se convierta en una solución fácil o incoherente, el autor sigue tres normas sencillas, pero muy efectivas, que han terminado conociéndose como las leyes de Sanderson.

Las tres leyes de Sanderson
A continuación, te cuento en qué consiste cada una de las tres leyes de Sanderson y cómo puedes usarlas para crear un sistema de magia coherente y verosímil.
Primera ley de Sanderson
La habilidad del autor para resolver conflictos con la magia es directamente proporcional a lo bien que el lector entiende esa magia.
Esta ley sugiere que cuanto más comprenda el lector cómo funciona la magia, más efectiva será al resolver problemas en la trama. Si la magia se usa para sacar a los personajes de situaciones complicadas, el lector necesita conocer previamente sus reglas y limitaciones. De lo contrario, la solución parecerá un deus ex machina, es decir, algo aleatorio que no resulta de los esfuerzos de los personajes, y perderá impacto narrativo.
Ejemplos
- En Nacidos de la bruma, el sistema de magia, la alomancia, tiene unas reglas claras. Los personajes capaces de usarla pueden tragarse y quemar metales específicos para obtener habilidades concretas, lo que permite al lector conocer cómo pueden usar sus poderes en combate o para resolver sus problemas. Esto hace que al utilizar la magia en momentos de resolución el lector sienta que los hechos son coherentes y verosímiles.
- En El Señor de los Anillos, Gandalf usa magia, pero apenas se explica cómo funciona. Así, excepto en unos pocos momentos, su magia sirve para crear sensación de asombro, no para resolver directamente todos los conflictos.
Consejos para aplicarla
- Define claramente tu sistema de magia: de dónde surge el poder, quién puede usarlo, qué tipos hay, cómo se aplica y para qué… En definitiva, ten claro el marco mágico de tu historia y procura que sus normas y usos no sean aleatorios.
- Introduce las reglas de tu sistema de magia de forma orgánica en la narración, a través de la práctica, el entrenamiento o las explicaciones entre personajes. Evita caer en el infodumping, una avalancha repentina de información que puede abrumar al lector.
- Limita el poder de la magia para evitar que sea una solución para todo y generar tensión en la historia.
Segunda ley de Sanderson
Las limitaciones son más interesantes que los poderes.
Aunque puede ser tentador crear un sistema mágico con poderes ilimitados, son precisamente esas limitaciones las que generan conflicto, tensión y drama en una novela de fantasía, algo que las tres leyes de Sanderson tienen muy en cuenta. ¿Tu personaje solo puede usar magia a cambio de su propia energía vital? ¿La magia tiene un costo social o moral? ¿Existe un límite temporal o físico?
Ejemplos
- En Fullmetal Alchemist, la equivalencia de intercambio exige que para obtener algo se debe sacrificar algo de igual valor. Esto genera dilemas morales y obstáculos narrativos.
- En Avatar: La leyenda de Aang, los maestros del aire, agua, tierra y fuego tienen habilidades poderosas, pero enfrentan limitaciones como la disponibilidad de elementos o su propio nivel de entrenamiento.
Consejos para aplicarla
- Costo personal: añade consecuencias físicas o emocionales a tu sistema de magia. Por ejemplo, usarla podría agotar la memoria del mago o acortar su vida.
- Escasez de recursos: ¿tu sistema mágico requiere materiales raros? Esto puede motivar subtramas de búsqueda o comercio ilegal.
- Obstáculos sociales: tal vez la magia está prohibida o regulada legalmente, obligando a los usuarios a actuar en la clandestinidad.
Las limitaciones no solo hacen que la magia sea más creíble, sino que empujan a los personajes a ser más ingeniosos, lo que proporciona tramas más complejas y profundas, con desenlaces que deben ser coherentes con las normas del sistema de magia.
Tercera ley de Sanderson
Expande lo que ya tienes antes de añadir algo nuevo.
Esta ley aconseja profundizar en el sistema mágico existente en lugar de añadir nuevas habilidades o elementos constantemente. Explorar las implicaciones y combinaciones de lo que ya has creado hace que tu mundo se sienta más cohesionado y creíble.
Ejemplos
- En Nacidos de la bruma, Sanderson, en vez de desarrollar varios sistemas de magia, amplía la alomancia para incluir varios materiales que proporcionan capacidades y habilidades distintas a sus usuarios, creando un sistema bien desarrollado y coherente a partir de las tres leyes de Sanderson.
- En Harry Potter, en lugar de inventar nuevos tipos de magia en cada libro, J.K. Rowling explora diferentes aspectos de hechizos ya conocidos y las implicaciones del uso de la magia en la sociedad mágica.
Consejos para aplicarla
- Pregúntate cómo puedes explorar y ampliar las habilidades que ya has pensado con las leyes de Sanderson antes de crear nuevos hechizos o poderes.
- Profundiza en las consecuencias culturales, políticas y sociales de tu sistema mágico, entrelazándolo con estos elementos para enriquecerlo.
- Considera variaciones creativas: si un personaje puede manipular el fuego, ¿puede también afectar la temperatura sin generar llamas? Explorar estas posibilidades enriquece tu mundo sin saturarlo de elementos nuevos.

Consejos adicionales para crear tu propio sistema de magia
- Sé coherente: una vez establecidas las reglas, respétalas. La consistencia es imprescindible para la credibilidad de tu historia.
- Decide el nivel de misterio: no todas las historias necesitan una magia explicada al detalle. Ajusta el nivel de explicación según el tono y enfoque de tu novela, pero asegúrate de que el lector tenga toda la información que necesita para comprender el desarrollo de la trama.
- Haz que afecte al mundo: la existencia de magia debe tener implicaciones sociales, políticas y económicas. ¿Cómo reacciona la sociedad ante ella? ¿Hay desigualdad o temor? ¿Influye en la organización social, en la economía, en la religión?
- Evita el exceso de poder: Si todo se puede solucionar con magia, perderás tensión. Limitar el acceso o uso de la magia es clave para mantener la intriga y el suspense.
- Relaciona la magia con la trama: la magia no debe ser un añadido decorativo, sino un elemento que afecte las decisiones y los conflictos de los personajes.
Conclusión
Las tres leyes de Sanderson proporcionan una base sólida para cualquier escritor que quiera crear un sistema de magia atractivo y funcional. Recuerda que no se trata solo de cuán espectacular es la magia, sino de cómo se integra en la historia y cómo afecta a tus personajes. Usa estas leyes como guía, adaptándolas a las necesidades de tu historia para sacarles el máximo provecho.
Crear un sistema de magia bien definido y coherente puede marcar la diferencia entre una historia olvidable y una que cautive a los lectores. Usa las tres leyes de Sanderson para garantizar que no dejas cabos sueltos y todos los aspectos de la magia son verosímiles.
Si quieres asegurarte de que todos los elementos mágicos de tu novela tienen sentido y lógica dentro de la historia, es imprescindible realizar una buena revisión al finalizar la escritura. Para ello, puede serte muy útil el apoyo de un editor profesional.


