En las últimas décadas, la figura del editor literario ha cambiado bastante; ha pasado de ser un elemento clave absolutamente imprescindible para poder publicar un libro a flexibilizarse, adaptándose a las nuevas demandas y necesidades de los autores y del sector editorial.
Muchos escritores sienten curiosidad por qué papel tiene un editor literario en el proceso de publicación en la actualidad, cuáles son sus funciones y cómo puede ayudar a los autores a sacar a la luz sus obras con éxito. En el artículo de hoy intentaremos responder a estas cuestiones.
¿Qué es un editor literario?
Aunque sus funciones varían ligeramente si hablamos de un profesional a cargo de una editorial tradicional o de un editor independiente, la figura del editor literario siempre es un elemento importantísimo en el proceso de publicación de un libro, desde su concepción hasta su distribución.
El editor literario actúa como un puente entre el escritor y el lector; es decir, es la persona que facilita que la obra pase de la mente del autor a las manos del lector con garantías de calidad. Para ello, trabaja codo con codo con el autor en la construcción de su libro, desde la resolución de dudas durante el proceso de escritura hasta la revisión y el pulido del manuscrito terminado, pasando por el asesoramiento sobre qué pasos dar para publicar y el acompañamiento durante las distintas fases del proyecto.
¿En qué consiste exactamente el trabajo del editor literario?
En pocas palabras, podemos decir que el editor literario se encarga de articular el proceso de publicación, coordinando y participando en todas sus fases: corrección, maquetación, diseño de portada, elaboración de textos para márquetin (sinopsis, eslóganes para anuncios, reseñas), distribución, etc.
Cuando el editor literario trabaja para una editorial, suele ser un intermediario entre los distintos profesionales implicados en el proceso de publicación. Es también común, sobre todo en editoriales grandes, que este trabajo lo realice de forma coordinada y conjunta un equipo de profesionales bajo supervisión de un director editorial.
Las principales funciones del editor literario son las siguientes.
Gestión del catálogo
El editor literario se encarga, en primer lugar, de añadir nuevas obras al catálogo de la editorial. Es la persona que recibe o a la que se remiten los manuscritos que envían los autores; el editor valora las obras y selecciona aquellas que encajen en ese momento en la editorial teniendo en cuenta varias cuestiones: el potencial comercial, la adecuación de la obra a la línea editorial (género y subgénero que se publica), el número de obras que encajan en el calendario editorial, etc.
Posteriormente, se encarga del contacto con los autores y de la contratación de los derechos de publicación de las obras seleccionadas.
Control de calidad
El editor también actúa como control de calidad de la obra a publicar, interviniendo en todas las correcciones que deben llevarse a cabo durante el proceso de edición, que son las siguientes:
- Editing (o corrección de contenido).
- Corrección de estilo.
- Corrección ortotipográfica.
- Corrección de primeras pruebas o maqueta.
Las tres últimas correcciones pueden encargarse a un corrector profesional de la editorial o un colaborador externo, pero el editing siempre corre a cargo de un editor por la complejidad que supone y la necesidad de trabajar de forma conjunta y fluida con el autor. No obstante, aunque no se encargue personalmente de la corrección, el editor literario deberá supervisar el resultado de esas revisiones para asegurar la calidad.
Creación del libro
Aunque el diseño de portada y la maquetación son funciones que realizan profesionales expertos en estas áreas, el editor se involucrará en ambos procesos, decidiendo en muchos casos la forma que tendrá el libro y supervisando el trabajo para asegurarse de que el resultado es el esperado.
Promoción y márquetin
De nuevo, el editor literario cuenta en esta parte del proceso con profesionales de márquetin especializados en el sector editorial, pero este trabajo también se hace de forma conjunta; el editor suele marcar la dirección de la promoción según el público potencial y la imagen de marca de la editorial, así como de los objetivos propuestos para la obra en publicación.
Impresión y distribución
El editor se encarga de enviar los documentos a impresión, asegurarse de que se hacen las copias necesarias y revisar la versión impresa para que no haya erratas. También participa en la distribución de la obra, contactando con los distintos distribuidores, almacenes, librerías y plataformas literarias por las que pasará el libro.
El editor literario independiente
Con el auge de la autopublicación, en los últimos años ha ido adquiriendo cada vez más importancia la figura del editor independiente.
El editor independiente es un profesional del sector editorial que trabaja de forma directa con el autor en una o varias fases del proceso de creación con el propósito de maximizar el potencial de la obra y conseguir su mejor versión.
Algunos de los servicios que pueden ofrecer los editores independientes son:
- Asesoría y orientación literaria antes o durante el proceso de escritura (planificación, construcción de personajes, estructuración, desarrollo de la trama, etc.).
- Correcciones del texto a varios niveles.
- Detección de errores y consejos para solventarlos.
- Control de calidad de la obra antes de su publicación.
- Apoyo para la publicación (ideas de promoción, contacto con editoriales, construcción de la imagen del autor, etc.).
Para poder realizar su trabajo, es importante que el editor independiente tenga formación específica relacionada con el sector editorial (lengua, literatura) y, sobre todo, competencias en corrección, narratología, técnicas literarias, etc. También es importante que conozca bien todo el proceso de edición y publicación, así como la situación del mercado editorial y las novedades y tendencias. Y, por supuesto, debe contar con un conocimiento profundo de las características propias del género o los géneros con los que trabajará (ficción, no ficción; romántica, autoayuda, fantasía, infantil…).
¿Por qué contar con un editor independiente?
¿La trama sigue una estructura lógica y progresiva? ¿Hay alguna incoherencia o agujero? ¿Los personajes tienen profundidad y logran atraer al lector? ¿El tono produce el efecto deseado? ¿El ritmo narrativo dificulta o agiliza la lectura? ¿Hay errores sintácticos, ortográficos, de puntuación o redacción? ¿La obra está lista para interesar, enganchar y satisfacer a los lectores?
Es habitual que estas y otras dudas ronden por tu mente (y la de cualquier autor) durante el proceso de escritura. Para garantizar que el texto se encuentra en las condiciones óptimas para llegar a las manos del lector, es importante hacer una revisión en profundidad y solventar todos los errores que afectan negativamente a la obra. Trabajar con un editor independiente puede ser una gran ayuda para comprobar y potenciar la calidad de tu obra.
